10 formas reales de aportar al Ecuador
- Julián Pástor
- 16 abr
- 3 Min. de lectura
Sin discursos. Sin excusas. Desde donde estés.
1. Cambia la conversación
No necesitas estar de acuerdo con todos, pero sí puedes dejar de alimentar el odio. No compartas contenido basura. No viralices insultos. No seas parte del show. Lo que compartes también construye (o destruye) país.
2. Declara guerra a la mediocridad
No importa si vendes encebollados o manejas una empresa: hazlo con excelencia. El país no necesita más genios, necesita gente seria que cumpla lo que promete. No importa si eres gerente, taxista, emprendedor o maestro: haz tu trabajo con excelencia. Llega a tiempo, cumple lo que ofreces, responde con ética. Ecuador necesita menos excusas y más gente profesional, seria y comprometida.
3. Juega limpio, aunque nadie te esté mirando
Si eres empresario, emprendedor, presidente o servidor público: la ley no es opcional. El cambio comienza respetando reglas básicas de juego. Paga a tiempo. Declara lo que debes. No pidas ni aceptes favores ilegales. Si tienes una empresa, formaliza. Si eres funcionario, no robes. Si compras, exige factura. La trampa pequeña es igual de destructiva que el gran robo.
4. No esperes milagros del Estado.
El Estado está roto en muchos sentidos, pero tú puedes ayudar a otros, apoyar a tu comunidad, generar empleo, donar tiempo, compartir contactos o abrir espacios. Hay formas de ayudar que valen más que una licitación. El Estado no va a salvarnos. Invertir en otros es el mejor negocio para tu país.
5. Haz activismo inteligente.
Deja de marchar por todo y contra todos. Elige una causa concreta (educación, salud mental, medio ambiente, libertad de expresión) y organízate para lograr resultados reales. No likes. Impacto. No necesitas miles de seguidores, necesitas compromiso real.
6. Si trabajas en lo público: actúa con decencia.
Ya no se trata de ser héroes. Basta con que no robes, no mientas, no te acomodes. Y si ves corrupción: denúncialo. No seas cómplice por silencio. No te conviertas en parte del problema por miedo o conveniencia.
7. Apoya lo local sin ser condescendiente.
No compres solo por ser “emprendimiento ecuatoriano”. Consume con criterio, exige calidad, recomienda lo que sí vale la pena. Apoyar lo nuestro no significa aceptar todo sin filtros, significa ayudar a que lo bueno crezca. No romantices la precariedad. Exige profesionalismo.
8. Educa para el pensamiento crítico, no para el fanatismo.
En tu casa, en tu aula, en tu empresa: no repitas discursos vacíos. Forma ciudadanos, no robots. Enséñales a dudar, investigar, debatir y proponer. Enseña a preguntar, a leer, a escuchar opiniones distintas. Un país educado no es el que tiene más títulos, sino el que sabe dialogar.
9. Participa
¿Te quejas del país? Participa en juntas, votaciones, debates. Postúlate. Arma redes. Propón soluciones. La democracia no funciona con espectadores. Solo con protagonistas. La política no es un circo ajeno: es tu futuro. Y si no estás ahí, otros con peores intenciones sí lo estarán.
10. Haz algo hoy
El cambio empieza contigo.Y lo que hagas tú puede inspirar a alguien más. El Ecuador no necesita mártires, necesita ciudadanos comprometidos que hagan pequeñas cosas cada día. Porque el verdadero cambio no empieza en Carondelet. Empieza en tu escritorio, tu casa, tu calle.
Este no es un llamado al optimismo, sino un llamado a la ACCIÓN. Es tiempo de gente común haciendo cosas extraordinarias, cada día, con ética, valentía y propósito. El cambio lo construimos juntos, todos los días.
¿Te sumas o vas a seguir esperando a que alguien más lo arregle todo?